La industria cárnica ha alzado la voz contra el lobby vegano, al que acusa de camuflar los términos de su industria para denominar determinados alimentos vegetales. Este hecho ha tenido como consecuencia una disputa acerca de cómo nombrar esos productos de origen vegetal. El sector cárnico y lácteo han unido sus fuerzas para poner en tela de juicio un hecho que, según los representantes de dichos grupos, “puede inducir claramente a error en los consumidores de la Unión Europea a pensar que estas imitaciones son un sustituto igual de los originales”.
Alternativas ultraprocesadas
Los grupos ganaderos europeos están preocupados porque creen que las variantes ultraprocesadas que intentan suplantar alimentos como la carne o los lácteos, contienen con frecuencia un elevado contenido de aditivos, sal, azúcar y grasa. Unos ingredientes que, sin duda, van muy en contra de esa corriente popular tan actual que afirma que los productos de origen vegetal son más beneficiosos para nuestra salud.
“Sólo queremos proteger la reputación de nuestros productos. Estamos perfectamente de acuerdo con la voluntad de los consumidores de buscar nuevos productos y diversificar su dieta, pero no aceptamos el secuestro de las poderosas denominaciones comunes de la carne para impulsar las ventas de productos de origen vegetal”, declaraba Birthe Steenberg, secretaria general de la asociación avícola AVEC, a Food Ingredients First.
Por su parte, Paolo Patruno, subsecretario general del grupo europeo de procesamiento de carne Clitravi, se manifestó asimismo al respecto espetando que “no se trata de confundir la carne con los alimentos de origen vegetal. Es una cuestión de marketing justo, información justa y mantener viva la tradición Queremos evitar que un día los consumidores se olviden de lo que es un jamón y no prueben más el sabor de la tradición, perdiendo su identidad y la tradición detrás de razas, savoir-faire, recetas, territorios y técnicas de elaboración tradicionales”.
Cambios en las nomas de etiquetado
A colación de todo este conflicto, en abril de 2019, la Comisión AGRI del Parlamento de la Unión Europea votó a favor de modificaciones en las normas de etiquetado de los alimentos de la UE. Resulta fácil entender tal crispación de los sectores afectados si tenemos en cuenta que las denominaciones cárnicas están estrechamente arraigadas al patrimonio cultural europeo. Así lo afirman los representantes de grupos ganaderos en una carta abierta en la que solicitan a los eurodiputados a proteger esta enmienda original y “no aceptar ningún compromiso”.
“¿Cómo puede el lobby vegano afirmar que no está engañando a los consumidores si señala que necesitan denominaciones de carne para transmitir información sobre la textura y el sabor de su propio producto? Si un producto dice ser diferente de otro, entonces debería tener su propio nombre o denominación”, sostienen los organismos ganaderos. La crítica no queda ahí, pues Ana Granados-Chapatte, directora del Foro Europeo de Criadores de Animales de Granja (EFFAB), considera que algunos productos vegetales contienen una extensa relación de ingredientes, algunos de ellos ultraprocesados.
Arraigo al patrimonio cultural europeo
Como decíamos, las denominaciones de los alimentos cárnicos están fuertemente vinculadas con el patrimonio cultural europeo y así se han encargado de recalcar de nuevo el sector ganadero: “Tocino, jamón, carpaccio, bistec, filete, chuletas, salami… Todas ellas son denominaciones tradicionales que se han ido configurando a lo largo del tiempo por el arduo trabajo de agricultores y carniceros con grandes diferencias entre regiones, lo que las hace tan únicas”.
Paolo Patruno, de Clitravi, aseguró en una entrevista con Food Ingredients First que “es posible comprender la frustración de muchos artesanos europeos que producen delicatesen y que luego ven un producto ultraprocesado de origen vegetal con la misma denominación de sus productos y comercializando como una alternativa más sostenible, cuando sabemos perfectamente que el nutriente, la densidad y la composición es completamente diferente”.
Identidad de producto y competencia leal
También para el citado portal alimentario y para concluir al respecto de este controvertido tema, Granados-Chapatte apeló a la competencia leal como solución de este conflicto: “nuestra perspectiva es que no es necesario copiar el nombre de un producto que claramente tiene una serie de características que son bastante diferentes, incluido el origen de los animales. No deseamos prohibir estos productos. Apoyamos plenamente la innovación y eso debería incluir nuevos nombres para estos nuevos productos. Es una cuestión de identidad de producto y competencia leal”.
En Avecox, donde te contamos en nuestro último post los 8 principales beneficios que tiene para nuestra salud comer carne de pollo, prometemos seguir informándote acerca de esta polémica entre los sectores cárnicos y el lobby vegano. Te recomendamos por tanto estar pendientes de todas las noticias que publicamos regularmente en nuestro blog.