En Avecox tenemos como propósito mantener informados a los lectores de nuestro blog de las últimas novedades relacionadas con el sector avícola. Así lo demostramos con el último post, en el que hablamos de la acusación al lobby vegano por disfrazar con términos cárnicos el nombre de sus productos vegetales. Nuestro artículo de hoy está vinculado a una receta, la sección que más gustará a los amantes de la cocina y que prometemos actualizar periódicamente.

Estas líneas van a ir destinadas a la explicación detallada sobre cómo asar un pollo al horno de manera perfecta. Si vas a asar un pollo por primera vez, prepárate porque a continuación te vamos a desgranar minuciosamente varias claves para conseguir un asado de película. Además, estas recomendaciones te servirán para hacer al horno otro tipo de carnes de similares características como por ejemplo el pavo.

Pasos a seguir para asar un pollo al horno

  1. Limpia el pollo con agua fría y sécalo con papel absorbente.
  2. Añádele sal y pimienta y rocíalo con aceite de oliva virgen extra.
  3. Calienta el horno a 200º.
  4. Elige una fuente que tenga un mínimo de profundidad y cúbrela con papel para hornear. Pinta ese papel con un poco de aceite de oliva.
  5. Coloca el pollo sobre el papel con las patas hacia abajo y rocíalo con una cucharada de agua y otra de aceite de oliva.
  6. Introduce la fuente en una altura intermedia del horno.
  7. Deja que el pollo se ase a 200º durante unos 20-25 minutos aproximadamente.
  8. Abre el horno y dale la vuelta al pollo para que se ase por ambas partes.
  9. Ásalo durante otros 25-30 minutos, aunque vigilando cada 5 minutos.
  10. Saca el pollo, sírvelo y disfrútalo.

Trucos para evitar imprevistos

  1. Pinta el alimento cada 20 minutos con la grasa que resulte de la cocción para evitar que se reseque la parte exterior. Para ello necesitaremos un pincel de cocina de silicona.
  2. Para recoger esos jugos que se desprenden de la cocción, es imprescindible que coloquemos la bandeja del horno en la parte inferior del mismo.
  3. Ata el pollo para evitar que se deforme durante la cocción. Amarra con una cuerda las patas del pollo, así el aire caliente circulará libremente y conseguiremos una cocción uniforme.
  4. Si observas que la piel del pollo se está quemando, baja la temperatura a 180º y cubre el pollo con un trozo de papel de plata.
  5. Si quieres asegurarte de que el pollo está cocido en su interior, pínchalo. Si el jugo es rosado, el pollo no estará hecho por dentro.

Esto ha sido todo por hoy pero la próxima semana volveremos con una nueva receta que, a buen seguro, hará las delicias de los paladares más exigentes. Sigue el blog de Avecox para estar al tanto de las noticias más relevantes del sector avícola y las recetas más deliciosas.